En el Hollow del invierno (Después del larp de Changeling)

El camino de sangre no podía ser cubierto por el Contrato de Humo, así que tuvo que contener la hemorragia, antes de usar la entrada rápida al Hollow. Las gotas de sangre se congelaban en el piso, mientras el actual Soberano del Invierno, ponderaba en una de las paredes del lugar seguro de la Corte del Ónice. Él podía reconocer el sonido de aquellos zapatos y aquel aroma, eran inconfundibles. Tenia grabado el aroma de todos los miembros principales de la Corte, como medida precautoria. La Duquesa había entrado al lugar y a juzgar por el tono de su voz, ambos sentían la misma rabia.

Ella siguió, sin notar que las heridas del Rey eran profundas. Se sentó mientras ella parecía reclamarle a la realidad, mas que a él en particular. En sus manos tenia los zapatos de Thorn. Era la primera vez que los veía sucios, y por la unica razón por la que ese Bestia pensaba que estarian así: Thorn estaba muerto.

-Seguir trabajando... Ahora tenemos un trabajo adicional...- Sacó gasas y comenzó a limpiar sus heridas. Preferia enfocarse en si mismo, porque pensar que Eladius seguia con vida, le hacia arder la sangre. ¿Seguia vivo y preferia mantenerse escondido? ¿Que pasa con la corte de la Flecha Silenciosa? ¿Que acaso ya no le importa?. Keto estaba bastante consternado, su silencio era una costumbre. -No se ha comunicado. Y si tú no sabes nada de él, siendo del mismo titulo... Conseguí los zapatos. El fue a causar caos, como era su... costumbre- Al menos ya estaban tapadas. Pero fue hierro frío, estas heridas no van a terminar de cerrar en semanas.

-Calma Duquesa. Como se lo dije a Eladio, Thorn conocía la Ley del Hielo. Thorn estaría molesto de que actuáramos de esta manera. Debemos seguir siendo eficientes. Hasta que encontremos sus restos, estará Perdido En Acción. Eladio no es prioridad, hay que encontrar al que lastimó a Thorn y ver porque sucedió...-

Lo que mas le dolía, era que el pelaje de su esposa haya sido cortado. Lo sostenía entre sus manos y podía ver como lentamente trataba de sanarse. Su manto de Rey se podía sentir más fuerte. El frío congelaba la sangre sobre su blanco pelaje, haciéndose bastante notorio.

Lucila estaba al tanto de las heridas que el soberano Keto tenía consigo, no sabía la razón exacta de por qué las tenía o quién había perpetuado el acto y en realidad no podía hacer nada al respecto por él, sus conocimientos en medicina eran prácticamente nulos así que de querer ayudar tal vez solamente hubiese empeorado la situación, además ¿llenar su costoso vestido con la sangre de un perdido? ¡Nunca! Había tenido suficiente con tener que arrodillarse frente al feudo por culpa de Eladio, el solo recordarlo le provocó un ardor en el estomago que subió hasta su garganta.

¡Claro que Eladio no es una prioridad! Estoy perfectamente consciente de eso y el hecho de que Thorn fuera un Duque de los corazones heldados no me da ningún beneficio extra en cuanto a información sobre sus actos se refiere - Tal vez Keto no lo sabía pero el ducado de los corazones helados no tenía ningún tipo de organización, todos eran igual de caóticos y no servían a nadie más que ellos mismos o tenían que rendirle cuentas a nadie. Se reclinó sobre el sillón mientras los pequeños goblins traían consigo una bandeja plateada sobre la cual yacía una taza con un brebaje color menta, humeante por la baja temperatura del lugar.

Lo último que supe de Thorn sin embargo… - Agregó con un tono más conciliador acercándose a la bandeja y tomando la taza de una manera elegante y muy correcta, alzando el meñique y bebiendo un poco. - Es que estaba encargándose de sembrar las disputas que habíamos acordado, luego dijo que iría disfrazado de Andrés a vigilar el feudo y ayudar a los otros para buscar información. Debió ser ahí donde lo atraparon… si es que en verdad lo hicieron. Tal vez deberíamos comenzar por buscar pistas sobre Andrés e inmediatamente sabríamos que le sucedió a Thorn…

Lucilla parecía ahora un poco más sensata, tranquila después de las rabietas que llevaba horas tratando de controlar. Ahora estaba segura en ese lugar y podía pensar con más claridad.

¿Cómo fue que te hicieron esa herida? Mencionaste una sombra, pero ¿Con qué fin? ¿Sabían acaso que eras el soberano? Ahora que tu identidad ha sido descubierta no podemos seguir como lo hacíamos hasta hace unos meses. Vendrán por ti y ahora que Thorn no está, también lo harán por mi… - Los miembros de la corte sabían que tanto la actitud caótica de Thorn y su auto proclamado titulo de reina del invierno eran solamente una pantalla para distraer a los otros perdidos de buscar al verdadero soberano, por que como en antaño lo habían hecho iban a buscar asesinarlo. Todo lo que los duques helados hacían era solamente para proteger a los suyos, a su manera, pero lo conseguían. Lucila en verdad no se sentía lo suficientemente fuerte como para poder hacerle frente a todo eso sola, no lo iba a externar sin duda, pero a veces su propio corazón era transparente, odiaba que sucediera así.

Tal vez… - Dijo como si una idea se le hubiera venido a la mente con sus propias palabras, dejó la taza con el té a medio terminar y se inclinó hacia el frente, maquilando planes en su cabeza – Tal vez si fingimos que Thorn sigue con nosotros podríamos tener una oportunidad. Piénsalo, estaríamos desacreditando las palabras de Eladio ante el feudo y solamente nosotros sabríamos la verdad.

Después de escucharla, se levantó lentamente y buscó en una de las estanterías, aguja e hilo. Después de eso, se dispuse a coser la piel de su amor, como si estuviera cosiendo una herida. Cuando escucha aquello respecto a los Ducados, suspiró. Era la última conexión que tenían con el Duque, ademas de la Corte.

-Entonces no hay manera de saber donde se encuentra. Solo podemos esperar a que no encontremos el cuerpo de Thorn y que regrese en algún momento.- Dijo, cortando el hilo con los dientes. Se acercó a uno de los sillones y se sentó, mientras terminaba de coser. Al menos había confirmado que el antiguo soberano de la Primavera: Silly Billy, estaba trabajando con la situación de los regalos y aún seguía en la ciudad. Tenia la información, pero nada tenia sentido.

La voz de Lucila lo hizo reaccionar. -Si, hay que seguir sus últimos pasos, para ver que sucedió. Pero prepara tus despedidas Duquesa, esto no augura nada bueno. ¿Tu eres buena para ese trabajo, o yo me encargo de él?- Dijo, viendo que ya había terminado con la capa.

Coser pieles era algo que su Guardian hacia todos los días con él, así que esto no era tan difícil. Especialmente la propia, con lo que se dispuso a coserse parte de la herida, para evitar infecciones. Cuando le preguntó sobre quien le había hecho eso, el Rey suspiró. -No lo sé. Yo estaba discutiendo con Eladio, y simplemente fui atacado por la espalda. Fue hierro frío, de eso no hay duda...- Se tocó con cuidado la herida, viendo que las gasas seguían relativamente secas, al menos no iría a morir desangrado. -Me atacaron después de que la situación de las coronas lo hizo evidente. Ya no necesitaras apuñalarme tu, para estar en mi lugar- Dijo el zorro riéndose honestamente, con mucha soltura, que por un momento pensó que se le saltarían los puntos de la sutura. -Solo tendremos que cambiar algunas cosas-

Aquello ultimo que dijo ella, sonó como alguien que se había dado cuenta de que era su turno en la horca. -No hay que preocuparse tanto, Lucila. Me aseguraré de que nada les suceda a Polaris, ni a ti. ¿Que clase de Rey seria, si no fuera así? Acabo de sobrevivir un tajo de hierro frío por la Corte, dame algo de crédito.- Se volvió a reír.

Cuando ella le comentó acerca de fingir el regreso de Thorn, el rey también se puso a meditar, volviendo a tener un semblante pétreo. -¿Y como podemos probar que Thorn esta con nosotros tan pronto? Van a querer pruebas y hay que recogerlas. Es mejor decir que lo estamos buscando y después decir que lo encontramos bastante herido y que cayó en coma. Solo sé que no podemos decir que lo encontramos, en la siguiente reunión. Y Eladio ya se desacreditó solo. Dejo el Feudo por decisión propia. Solo es un viejo que se queja de que nada es como en su época. Yo voy a investigar al antiguo Rey de la Primavera. El que se encargo de enviar los regalos y que habló en Radio Duende- Sus orejas se movían de un lado para otro, mientras parecía seguir pensando en lo que había sucedido.

No sabía a ciencia cierta si lo que sentía en el pecho era angustia, sin embargo era algo muy parecido a eso tras las palabras del soberano, sabía que era verdad y tenía que tragarse cualquier otro sentimiento al respecto.  A esas alturas de su vida eran pocas cosas las que le importaban a Lucilla pero con los miembros de la corte había algo implícito, confianza y seguridad al saber que todos de alguna manera funcionaban bien juntos.  Perder a Thorn no era como perder al Canario hacia dos años, Thorn era una de esas partes vitales y un perdido al que ella se había acostumbrado, a sus disputas, a sus sonrisas irónicas, al ruido estruendoso de su chatarra al estacionarse frente al orfanato.

“Prepara tus despedidas”………  Trató de deshacer el nudo de su garganta y simplemente asintió.

Keto era el rey por algo y él sabía lo que estaba haciendo.  Se repetía una y otra vez esas palabras con el ceño fruncido y arreglando su vestido de gala. Parecía no prestarle atención cuando hablaba de lo que le había lastimado pero en verdad lo estaba haciendo, quería ver si recordaba algo parecido, debía ser lo que lastimo a ese payaso del verano. Soltó una carcajada irónica con el último comentario sobre apuñalarlo para estar en su lugar.

Vamos que fue una buena treta, podría haber funcionado y darnos algo de tiempo – Se refería al plan donde ella fingía asesinarlo para tomar el trono, muchos lo habrían creído, la percepción que el mundo tenia de Lucilla no era buena y a ella no le importaba que fuera así, que se alejaran, que protegieran sus corazones, era lo único que le importaba.

Haremos los ajustes necesarios.  Thorn era un arquero del camino solitario, ahora solamente estaré yo y eso significa menos personas para encontrar refugios. Tenemos que hacer más fuerte este hueco, es lo único que nos queda para estar seguros. – Parecía que no pero Lucila sabía muy bien de que se encargaba cada uno de los miembros del invierno, tenía una especie de obsesión con el control, le gustaba saber que era lo que cada uno hacia para evitar que hubiera personas que solo perdieran el tiempo.

Keto no necesito que te sacrifiques por mí, en verdad, es decir me sentiría honrada y sé que valgo la pena, pero por favor, todos podemos cuidarnos solos, la corte de invierno a diferencia de las otras ha crecido soportando el frio de la tundra helada.-  Eso ultimo era un eufemismo para describir lo peligroso de los años anteriores al feudo en la ciudad.  Ahora todos estaban por ahí con la bandera de ser felices y amarse y ayudarse los unos a los otros, pero había una razón por la cual no se había hecho un juramento al feudo, no hasta hace poco relativamente.

¿Por qué alguien iba a pedirnos pruebas? ¿Qué les importa a ellos? Además podríamos decirle a Polaris que finja ser él un tiempo, no sé. El punto es que con la estación de la primavera como eminente  nosotros nos debilitamos. No podemos dejar que nos vean así.  La otra opción sería escondernos, lo hemos hecho antes y durante mucho tiempo.  Mientras lo hacemos podemos investigar a Silly Billy, no debería ir nuevamente ningún miembro de la corte a investigar  cosas solo. Tal vez todos estemos listos para decir adiós en cualquier momento, pero debe haber alguien que se asegure que la información llegue a los oídos adecuados para que cosas como esta o lo que sea que desapareció a Thorn no nos tomen por sorpresa.

Cuando ella mencionó que su idea les habría dado tiempo, se tamborileo el hocico un par de segundos. -No nos habría dado tiempo, solo habría hecho seguro que tu fueras atacada. Ademas, tenemos tiempo. Si tuviéramos alguien detrás de nosotros, ya lo habríamos visto. Lo de Thorn fue especial, como si hubiera visto algo que querían escondido...-

-Podemos disponer de un Arquero, no hemos tenido muchos changelings sin corte, que pidan asilo con nosotros- Palmeo un par de veces el sillón, vaya que ese Hueco había crecido bastante en los últimos años. Finalmente se habia vuelto un centro de operaciones de la Corte de la Flecha Silenciosa. -Y este Hueco esta creciendo, ahora es bastante seguro. Pronto lo tendremos que mover otra vez, para asegurarnos de evitar detección-

Cuando ella dijo que podía cuidarse sola, el Bestia pudo ver como su orgullo volvía a elevarse. Era bueno ver que su moral no había caído, con la desaparición de Thorn y la ausencia de Bemol, pero era peligroso en exceso. Por un momento le paso por la cabeza, que esa pudo haber sido la perdición de Thorn, eran bastante parecidos. -Por ahora, solo quedan 4 miembros con manto imponente en la Corte. Pero por algo dijimos que todos eramos soberanos y eso fue, para protegerme. Ahora yo voy a cargar con el peso de la corona, para que ustedes puedan trabajar tranquilas- Puesto que la corona parece ser más un reflector, que un símbolo de posición. Y prefería ser él, aquel que puede moverse rápido para esas situaciones y esconderse, que cualquier otro miembro de la corte.

-Duquesa, comienzas a contradecirte. Dices que hemos sobrevivido solos, pero que no debemos investigar las cosas solos. Y creo que tengo una idea para esa contradicción. Nuestros esfuerzos estan demasiado dispersos. Hay que tomar nuestro lugar como la Corte del Sigilo y la Dirección- Dejo de hablar unos segundos, mientras recuperaba el aliento. Mando a un Goblin a que le trajera su vino. -Hay que coordinarnos con otras cortes. Ya va siendo hora de seguir la otra Ley del Hielo: "Deja que cada Corte conozca su función". Hacer que otros tambien se arriesguen por algo que es de todos: El Feudo. Que si en realidad estan dispuestos a mantener uno, estén dispuestos a arriesgarse por él, tanto como lo hemos hecho nosotros, tanto como lo hizo Thorn o Canario. Con la Mascara, estuve hablando con el Soberano del Verano. Dice, que esta cansado de dar "puñetazos al aire" y que si podemos dirigir su espada, estaría bastante contento de seguir indicaciones, por el Feudo-

Cuando le trajeron el vino y un vaso de vidrio, ignoró el vaso y tomo la botella, dándole un gran y único trago, manteniendo una buena postura. -La Corte mantendrá el silencio usual, pero se dará la suficiente información para que las demás Cortes salgan de su letargo y dejen de perseguir mariposas o hacer castillos en el aire. Nos coordinaremos con las misiones, eso es cierto. Pero si podemos dar informacion a miembros de otras cortes, para hacer el trabajo, mejor. Yo enviaré a mis palomas para que vigilen a los miembros del Invierno. Ya parecen reconocerlos a ustedes. ¿Donde estará Polaris?-

(Al mismo tiempo pero en otro lugar de la Ciudad)

La noche es fria. Camino sin rumbo. Todo luce diferente a pesar de que hace mucho tiempo atras anduve por estas calles, por esta ciudad que alguna vez llame "hogar". Siento como si esa fuese otra vida, una que ya no me pertenece. Aun recuerdo los rostros de todos ellos, sus voces, sus risas, pero sobre todas las cosas.... recuerdo sus Deseos...

Me siento tan sola, decepcionada, abatida. Tal vez debi de haberme quedado en los Setos, alli al menos ya todo me era familiar, aqui me encuentro rodeada de tantos desconocidos. Ni un solo rostro amable que este interesado en entender y escuchar mi pesar. No me queda ningun amigo. Todos ellos estan perdidos.

De tanto caminar he perdido el rumbo. Escucho el agua caer, he llegado al ojo de agua de Santa Lucia. Mi elemento me llama, puedo escucharle decir mi nombre en el suave movimiento del agua. No dudo ni por un momento en sumergirme a pesar de las bajas temperaturas y explorar este nuevo cauce construido por el hombre. El tiempo se detiene, aqui me siento segura.

Por un breve instante escucho dos voces hablar como si fueran susurros. Dejo que estas me guien hasta el lugar donde provienen. Comienzo a descender, algunos peces juegan entre los pliegues de mi vestido y a mi alrededor un sin fin de flora marina comienza a aparecer. Debo de haber cruzado una puerta sin querer. Finalmente logro vislumbrar una luz muy tenue que me dirige a una caverna. Salgo del agua y una rafaga de viento me congela hasta lo mas profundo de mis huesos, todo a mi alrededor esta congelado. Puedo ver una puerta de onice anclada a las paredes de esta caverna, cuando me acerco a ella las voces se hacen cada vez mas claras, son un hombre y una mujer quienes hablan.



En la puerta esta tallada una imagen: una corona con una luna en su cuspide asi como dos flechas entrelazadas. Cuando avanzo hacia ella la puerta se abre, invitandome a pasar. Unas criaturas de nieve corren asustadas al verme. Las voces son cada vez mas fuertes, las reconozco, estuvieron presentes en la reunion de esta noche. Llego al final del pasillo y una camara se abre ante mi. Es ahi cuando finalmente los veo. El "Hombre Zorro" y la :"Estrella". Los ropajes de el estan cubiertos con sangre y me mira sorprendido mientras sostiene una botella de vino; mientras que ella con toda la gracia que la caracteriza se levanta de su asiento en un santiamen dejando caer un poco de polvo de estrellas tras de si.

Keto era el soberano por varias razones, entre ellas por que era el único que tenia la habilidad de poder razonar con Lucila, era una criatura egoísta y caprichosa pero sabía bien cuando la guerra contra su propios vicios estaba perdida y era ahí donde salía el espíritu caritativo que llevaba dentro. Hizo una mueca de disgusto ante las palabras del zorro pero no tenia argumentos para refutarlas principalmente porque sabía que eran verdad.

¿Entonces confías en ellos? ¿No crees que haya traidores aun entre las cortes? – Era una pregunta directa, la sombra que los había atacado aun seguía impune ante los crímenes cometidos, no solamente en la última reunión, en el feudo en general. Lucila seguía desconfiando.

Puedo dejar constancia de que Anibal es al menos una persona confiable, rLoh es un traidor cobarde que se ha refugiado en la única corte que podía darle un poco de esperanza a su viejo corazón. Sigrun es solamente un ente caótico que no mide las consecuencias de sus actos así como el rey/reina de la primavera. Tal vez la única corte confiable es el otoño y solamente porque son lo suficientemente inteligentes (algunos) como para no confiar lo suficiente en los demás. ¿Quieres que trabajemos con esa clase de personas?

Casi estuvo a punto de pedir un minuto para pensar las cosas, se llevó dos dedos a la cien recargándose en el asiento, confundida y hastiada con la idea. Si esas eran las ordenes las acataría sin pensarlo, aun que aun tenía sus dudas.

Polaris seguramente está llorando en un rincón por la muerte de Thorn, le afectan mucho esta clase de cosas.- “Porque le recuerdan a quién perdimos en el camino” Pensó, esos recuerdos ya no la atormentaban, el miedo a la perdida se había alejado de ella desde que le dio ese recuerdo doloroso a Flasker el chocarrero para salir de los setos, pero Polaris aun lo recordaba, como esa pequeña estrella se había perdido en el camino, su hermana.

Estaba meditando perdida en sus pensamientos cuando escuchó una de las puertas abrirse. Le pareció curioso no reconocer el manto del invierno de manera inmediata pues solamente aquellos bendecidos por la corte de ónice podían encontrar ese refugio. Se levantó inmediatamente dejando caer algunos brillos plateados por su cabello y vestido, “el polvo de estrellas” y observó a la recién llegada.

Así que… no tenemos muchos changelings sin corte que pidan asilo con nosotros, ¿verdad? – Giró su rostro hasta Keto poniendo en su rostro una sonrisa sínica, del tipo “te lo dije” y luego tomó las faldas de su vestido acercándose a la chica con movimientos elegantes y automáticamente colocándose la máscara de falsa cortesía que la caracterizaba.

Entra cariño, siéntate… ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Cómo has podido encontrarnos? – Tomó su mano con la punta de los dedos empapándose con el agua que formaba su cuerpo y la guió hasta el sillón donde ella hacia unos momentos estaba sentada. Había convivido con ese changeling desde que estaba en el cuerpo de Penelope de la primavera y aun después que recuperara el propio. Le había ofrecido cobijo y sustento como hacia usualmente con los changelings nuevos y ahora que poseía sus secretos no la creía una persona de poco confiar.

¿Conoces ya al soberano del invierno? ¿Sigue llorando tu corazón? Ven, cobíjate bajo el abrigo del invierno, nosotros escucharemos tu pesar… - Pesar por supuesto que ella se había encargado de extrapolar. Había visto en Aqua lo necesario para cubrir un puesto dentro de su corte incluso antes de que hiciera falta, pero al final era ella quién tomaba esa decisión. Observó a Keto dejándola unos momentos con él mientras preparaba más té. Le gustaba preparar té independientemente de la situación.

Cuando Lucila hizo esa pregunta, Keto se llevó una mano bajo su mentón, mesandolo a la par que pensaba. -Ese es otro objetivo de los traidores, separar nuestros esfuerzos. De que deben de existir, deben de existir. También es nuestro trabajo el purgar a los traidores de las filas del Feudo. No hay que ir con ellos a misiones, pero hay que apuntar en las direcciones para que ellos puedan hacer las cosas- El sujeto que comenzó a atacar a los cortesanos en la reunión era un problema más de su estilo. Alguien que quiere dar golpes precisos, desestabilizar más que asesinar. Pudo haberlo matado, solo ocupaba un segundo golpe y estaba acabado. Pero no lo hizo ¿Porque? Porque quiere enviar un mensaje.

Cuando terminó de explicar a los demas soberanos, Keto fue el que se rascó la sien por un momento. -Puedo lidiar con entes caóticos. Son como los caballos en el ajedrez, que su movimiento sea raro, no significa que no tenga un modo y una dirección. No conozco al Rey de la Primavera, primero tengo que hablar con él-

-Tal vez hable con ella después. Aun recuerdo cuando ustedes llegaron a la Corte y pasaron por mi consulta- Ya habia sido mucho tiempo de eso, pero como no han llegado muchos Cortesanos, lo tiene muy en mente. Mientras ella mantenia silencio, comenzó a recordar como los habia conocido a todos los Cortesanos de la Corte del Ónice actual.

El rey se dió cuenta de que otra persona había entrado al recinto del Invierno. Levantó las cejas y se le quedo viendo, buscando si es que tenia un arma de hierro frío a la vista. Al no ver algo así, suspiró. Escuchó la voz de Lucila a un lado de el, sin voltearse a ver. -Dije muchos, no ninguno, Duquesa. Por eso tenemos aún a un Arquero- No pudo evitar el reirse en sus adentros. Esta intromisión fue bastante oportuna.

Cuando Lucila la invitó a sentar, el zorro se inclinó hacia adelante y junto ambas manos. -¿Aqua? Es bueno ver que vuelves con nosotros a este reino, la ultima vez que te vi, estabas cubierta de espinas. ¿Como podemos ayudarte?-

TUS DESEOS SON SOLAMENTE TUYOS. TUS DESEOS SON SOLAMENTE TUYOS. TUS DESEOS SON SOLAMENTE TUYOS. TUS DESEOS SON SOLAMENTE TUYOS. TUS DESEOS SON SOLAMENTE TUYOS.

Se escuchaba a si misma repitiendo esta frase cientos de ocasiones. Cuantas veces no le habia dicho lo mismo a otro perdido? Sin embargo, ahora esas palabras tenian un significado distinto, se habia dejado guiar por sus deseos sin pensar y ahora pagaba caro las consecuencias. Aun asi no se arrepentia, estaba convencida de haber tomado la decision correcta, fueron otros quienes faltaron a su promesa. Ella habia hecho lo que debia de hacerse para proteger a los suyos, desgracidamente el poder corrompio los corazones  y el miedo logro hacer sucumbir hasta el mas valiente.

Cuando la Duquesa camino hacia ella tuvo miedo, trato de ocultarlo pero siempre habia sido un libro abierto. Camino con ella hacia el sillon y tomo asiento, dejandose llevar por el flujo de momento. No sabia como habia llegado hasta aqui y aun desconocia el porque. Sin verlos aun a los rostros y como si le estuviera hablando al aire respondio"Yo... yo escuche sus voces a lo lejos cuando me encontraba en el ojo de agua y decidi seguirlas pense que ... pense que tal vez serian como yo.. y..." Movia su cara en singo de confusion, recordo a las criaturas que vivian en ella durante su tiempo en Arcadia, las sirenas que la habitaban y las otras criaturas a las cuales arrullaba con el sonido de la marea al llegar la noche, tratando asi de sosegar sus penas.

Procuro recobrar la compostura, despues de todo se encontraba frente a un Soberano Estacional, no podia comportarse como una chiquilla. Corrigio su postura y se dirigio formalmente al Soberano: "La verdad es que la ciudad es un lugar completamente nuevo para mi, hace mas de 30 anios que no cruzaba de este lado del laberinto y creo que simplemente me perdi. Escuche voces a lo lejos y la curiosidad fue mas grande que mi prudencia. Encontre una caverna y en ella una puerta de onice, debi de haber reconocido su estandarte cuando lo vi pero la puerta se abrio cuando me acerque a ella y decidi seguir adelante, yo... lamento haber aparecido de esta manera, no era mi intencion importunarlos mucho menos interrumpirlos."

Algo dentro de ella le indicaba que debia de permanecer alli, al menos por un tiempo. Queria ocultarse y quien mejor que la corte de los secretos para ayudarle. Era este acaso su deseo? Refugiarse entre los miembros de la Corte del Invierno e impedir que la Primavera floreciera en su corazon?

Nuevamente Keto tenía razón en sus palabras, para poder vigilar a los traidores primero tenían que acercarse a ellos. Si bien Lucilla no estaba muy de acuerdo con eso podía fingir la cordialidad necesaria para limar asperezas entre los perdidos. Tenía en la mira a muchos que efectivamente, la odiaban y despreciaban y ella simplemente se regocijaba en su odio, pero era más fácil cazar moscas con miel que con vinagre. Iba a pensarlo, realmente iba a pensárselo.

La sonrisa de triunfo que tenia consigo al ver a Aqua no iba a desaparecer fácilmente, volvió a la estancia con una taza de té la cual dejó en la mesa frente a la chica perdida. La escuchó de manera atenta aun que tal vez fingiendo más preocupación de la que realmente sentía, la duquesa cuando deseaba en verdad podía crear un muro inquebrantable entre los demás y sus emociones.

Es porque tal vez el invierno te ha dado la bienvenida. Descuida, solamente interrumpes platicas de viejos necios, Keto estaba curando sus heridas después del baile. – Hizo un gesto con la mano para aminorar la situación, no creía que Aqua hubiese escuchado lo que hablaban antes de que la puerta se abriera, eso podía verse en el semblante tranquilo que la chica poseía. Tampoco estaba mintiendo, si ella había llegado hasta ahí era porque de alguna manera el invierno la había guiado, la estación podía reconocer la tristeza en los corazones de los perdidos.

¿Sabes que no puedes decirle a nadie como llegaste hasta acá, verdad? Si quieres estar aquí debes jurar por tu nombre verdadero que no vas a revelarle a nadie acerca del hueco invernal ni traer a otros a sus puertas. – Tenía la mirada severa pero no era terrible, era más como una madre que habla con sus hijos para asegurarse que no hagan nada fuera de sus reglas. Lucila sabía interpretar muy bien el papel de una criatura maternal, principalmente con otros recién llegados.

Tomó asiento en el sillón junto a Ketos como si estuviera esperando algo. Una palabra, lo que fuera más allá del silencio, entonces habló.

¿Has decidido si volverás a la primavera? ¿Qué dice tu corazón Aqua?

Keto estaba genuinamente preocupado por la estabilidad mental de Aqua. Antes de ser arrastrado a Arcadia, Keto fue un psiquiatra. Y él sabe, que la claridad es algo que fácilmente se pierde en los setos. Ha visto como Perdidos mas resistentes, no sabían diferenciar una rama de una vela espectral. Ahora, una persona que se ha mantenido en ese lugar durante años, es sorprendente que haya podido diferenciar la puerta, de la boca de un lobo.

Por eso, si el pudiera, le gustaria analizarla y ver como la ha tratado el regreso al Feudo. Las cosas ya no son como antes, pero al menos al viejo zorro le han dado tiempo de acostumbrarse. Especialmente para una Cortesana que fue lanzada al mundo, sin mas ni mas.

-Es el Juramento del Invierno. Lo dice muy bien la Ley de Hielo: "Mantendras a la Gente perdida de cualquier extraño". Y eso solo significa que, Aqua prefiere permanecer escondida. ¿Me equivoco?- Son esas cosas que aprendes con el tiempo. Hay algunas cosas de la Corte, que son mucho mas viejas que uno. Los Signos Inmutables, el Habla del Acongojado, muchos detalles que se pierden por desuso.

-Para alguien que busca esconderse, no hay tiempo que perder. Me hago una idea de lo que buscas y solo ocupamos escucharlo de tí- Era una costumbre el tener esa platica con los Sin Corte, que acaban de llegar. Asi como fue con Lucila, asi como fue con Polaris, incluso con Bemol. Ahora era momento de Aqua.

Aqua escucho atentamente las palabras dichas por Lucilla "Es porque tal vez el invierno te ha dado la bienvenida." Seria esto cierto? no sonaba como una idea descabellada, despues de todo de que otra manera pudo haber dado con una de las entradas al Hueco de la Corte de Onice. Tal vez el Invierno le estaba tendiendo una mano amiga en respuesta a la tristeza y el dolor que la aquejaban desde que habia dejado su lugar en los Setos.

Mirando fijamente a Lucilla le respondio "Juro por mi nombre verdadero que no revelare jamas el camino que me trajo a este hueco ni tampoco traere a sus puertas a ningun perdido que represente una amenaza para el mismo y si hiciese lo contrario que sea al Fatum mismo quien decida mi castigo ante tal desleal promesa" esperaba que el juramento que acababa de hacer fuera suficiente, entendia la preocupacion de Lucilla ante la posibilidad de que la ubicacion de su Hueco fuese revelada.

""Mis Juramentos previos estan rotos, ni la Primavera ni este Feudo son los cuales a los que alguna vez perteneci. En mi tiempo en el Laberinto pude sentir como esos lazos se desgastaban y al final fueron destruidos por completo. Yo mantenia la esperanza de que no fuera asi pero al ya no existir ninguno de ellos y sobretodo al haber fallado a su promesa habiendome olvidado, simplemente ya no existen" su voz se torno taciturna al decir estas ultimas palabras.

""En estos momentos no tengo un lugar a donde ir, quisiera que se me permitiese vivir mi "duelo", con la soledad que necesito. Aquello por lo que pase no se curara con sonrisas, si ustedes me lo permiten quisiera poder resguardarme entre los suyos. Los actos terribles que he visto y los secretos del pasado son cosas que no todos estan listos para saber aun. Solo quiero un lugar tranquilo en el cual pueda sentirme segura"

Se encontraba nerviosa ante la respuesta del Soberano, volco su atencion en el y pudo ver los rastros de una curacion reciente,la herida era limpia, facilmente podria ayudar a sanarla. Se acerco a el con cautela, examinando la herida a detalle.

""Si me lo permite, yo podria ayudarlo a curar esas heridas. Le aseguro que lo unico que sentira sera una leve brisa." Al decir esto una breve sonrisa aparecio en su rostro.

Cuando Aqua terminó por decir el Juramento ante nosotros y luego el Juramento a la Corte, Keto esbozó una sonrisa en lo que había sido mucho tiempo. Al menos, ahora teniamos a otra Cortesana en la Corte de la Flecha Silenciosa. Es un momento de claridad, en medio de la ventisca, y eso no sucede todos los dias.

-No necesitas hablar formalmente conmigo, Aqua. Y para la Corte del Invierno es un gusto, el que una Perdida encuentre un lugar con nosotros, para lidiar con el dolor y la pena que le inundan. Y un lugar seguro tendrás con nosotros. Puedes quedarte en este Hueco, el tiempo que necesites. Tenemos té, un oído atento y un espacio para que descanses, a veces eso es lo único que necesita uno-

Cuando ella le comentó sobre sus heridas, el volteó a verlas. Las sostuvo con una mano, algo que le hizo temblar un poco del dolor. -...Fue hierro frío. Si tu crees que puedes curar estas heridas, te lo permito- Dejo la botella de vino a un lado de él y se descubrió el costado del torso, mostrando la profundidad de la herida.

El semblante de Aqua cambio por completo, estaba concentrandose mientras revisaba con detenimiento la herida. Pudo darse cuenta que por la forma de la misma y el tipo de dano causado no habia sido inflingida con un arma cualquiera. Sus sospechas fueron confirmadas cuando Keto menciono el hierro frio. Este tipo de heridas eran dificiles de sanar, en su estado actual y al haber pasado tanto tiempo desde la ultima vez que utilizo este contrato no confiaba por completo en sus habilidades para lograrlo en un solo intento. Con una mirada amable se dirigio a el "Esto es mucho mas grave de lo que parece a simple vista, si bien no hay riesgo de que empeore, sera una herida que tardara mas tiempo de lo regular en sanar." Coloco sus manos cubriendo por completo la herida, un tenue resplandor rodeo la misma y una ligera brisa marina inundo la habitacion, el dolor disminuyo.

"Por ahora es todo lo que puedo hacer, sin embargo conozco otros metodos para acelerar el proceso de curacion. Digamos que es mi especialidad."

Aqua volteo a ver a Lucilla buscando su aceptacion, no solo por que ahora pasaria su tiempo en el Hueco de la Corte Invierno sino tambien por lo que acababa de hacer con el Soberano.

El sonido de hachas golpeando el suelo y las puertas cerca del corredor que deban a los setos anunciaron la llegada de Ragnar de regreso de una patrulla rápida. "Él puede aguantarlo... es la otra piel la que no sanará... sólo lamento no haber estado ahí para devolver el favor... a usted y a quien le hizo eso." dijo Ragnar  mientras entraba en cuarto, no mostraba tristeza por la muerte de Thorn ni por las heridas de Keto, su aliento frío con palabras que hacían juego y creaban escarcha en el húmedo aire. "nadie me dijo que tendríamos invitados, de haberlo sabido  habría estado aquí antes. Nada en las puertas, aunque seres comienzan a sentirlas, algo se debilita en ellas."

Ragnar vio a la mujer de cabello húmedo que examinaba las heridas del soberano, su semblante no era lo que esperaba de alguien que perteneció a la primavera, el invierno alcanzó a esa flor. "Su deseos son sólo suyos... eso es lo que repitió ¿verdad?.. quizás ahí yace su respuesta... sus deseos no deben ser externados, no deben ser compartidos, sino guardados, como las pocas cosas preciadas que nos quedan." Aquí Ragnar era más oscuro, la mascara que portaba fuera del lugar era su mentira, la forma en que le mentía diciéndole al mundo que todo estaba bien, que los superheroes vendrían a rescatarlos si era necesario, y que los gigantes de hielo fueron eliminados por guerreros y valkirias, no al revés. No que los héroes se habían manchado las manos de sangre de hermanos y amigos, que la muerte los rodeaba como cuervos.

"Thorn lo hizo bien, aun muriendo es un bastardo astuto, asumiendo que lo hizo... lo hizo en la sombras, donde nadie lo pudo ver y donde nos permite maniobrar, no voy a decir que tengo un plan, pues no lo tengo, yo no soy ese sujeto..." Miró a uno de los pequeños hombre de nieve, se sintió un gigante de hielo con la diferencia en alturas pero con sus similitudes, ¿era eso algo bueno o malo? y movió la cabeza para indicarle que le trajera algo.

OOC: Chingao... ver esto me hace recordar porque me encantaba jugar Invierno. T__T

Escuchar las palabras de Aqua le causo algo muy parecido a la tranquilidad, sabía que su corazón no era traicionero, pudo darse cuenta de ello desde que estaba en la cabeza de Penelope a veces lamentando su suerte. Podía sentir el dolor de su corazón y algo en su interior, tal vez el invierno mismo, le dijo que en esa corte podría encontrar un consuelo a sus lamentos, así como ella misma lo había hecho. Tal vez porque al ver a Aqua se recordó a ella misma tras salir de los setos, traicionada, afectada por el dolor de la perdida y por haber confiado en quién no debía. Por el olvido.

Ven aquí chiquilla … - Le dijo tras hacerle un gesto con la mano.  Escuchaba sus penas, las compartía. La tomó de la mano y acarició con cuidado el dorso de la misma, sintiendo el agua mojarle los dedos.  Era una caricia reconfortante, una que aliviaba su dolor (Fleeting Winter 2).

Ya has escuchado al soberano estacional. Si el mismo invierno fue quién te abrió las puertas a este lugar, solo podemos ofrecerte cobijo y un lugar para que vivas tu duelo en paz.

Lucilla dibujo en su pálido rostro una sonrisa, una que no alcanzaba a llegar a sus ojos congelados por el frio invernal así como su corazón, a pesar de que había expresiones en ella las lagrimas heladas que estaban selladas sobre sus mejillas la hacían ver todo el tiempo triste, melancólica, con un gran vacío.  Asintió con la cabeza cuando Aqua volteo a verla pidiendo permiso para tratar de curar al soberano y ella volvió a su actitud apática, como si ese rastro de emociones la hubiese abandonado. Entonces escuchó las puertas abrirse nuevamente y a Ragnar, el vikingo entrar por ellas.

Está bien, gracias por vigilar. – Lucilla se dirigió hacia él de manera sincera, sin el toque altivo en la voz que utilizaba frente a los otros perdidos.  Era una mujer con muchas mascaras que evitaban en realidad exponer su verdadero ser.

Exponer tus deseos y abrir tu corazón solamente causa desgracias. Nosotros somos aun más sensibles a las emociones, el problema es que muchos ni siquiera se han dado cuenta de ello.  En este mundo todo es peligroso, allá afuera solo nos espera el sufrimiento en todas sus formas, por eso debemos permanecer en silencio, escondidos, para poder de alguna manera recuperar parte de lo que fuimos alguna vez.

Esto se lo decía a Aqua principalmente, en realidad Lucilla jamás había entendido el lema de la primavera. “Tus deseos son solamente tuyos” Por supuesto que lo eran, ¿de qué otra forma si no? El problema solía llegar cuando esos deseos te llevaban a la perdición, como ella veía suceder usualmente con aquellos que seguían a su corazón.

En realidad espero que esté muerto y no sea un destino más terrible el que le haya alcanzado. – No iba a hablar más acerca de Thorn, no quería recordarse que había perdido no solamente a un Changeling ni a un miembro del invierno, si no a un compañero del ducado de los corazones helados que llevaba consigo una  terrible carga.

Los hombrecillos de nieve corrieron al ver a Ragnar para traerle su bebida regular, no tardaron mucho en estar jalándole la capa para llamar su atención y que la tomara.  Lucilla entonces volteo a ver las heridas del soberano y la lucha de Aqua por curarlas.

Deberíamos escondernos al menos un par de semanas. Tenemos que volver a organizarnos. Necesitamos contactar a los otros, Bemol, Polaris, Ofelia, Stabber, =inserte aquí nombre del personaje de Fer Galvan=.  Recopilemos los secretos y la información que tengamos, así podemos decidir que le diremos a cada corte y como organizaremos a los demás para proteger el feudo.

Cuando escuchó el diagnostico de Aqua, sobre las heridas que le habían inflingido, no reaccionó ante el hecho. Ya se había hecho a la idea, de que estas heridas, irían a tomar semanas en sanar adecuadamente. La brisa marina que se sintió, era algo que el Soberano trataba de grabarse muy bien en su memoria. Era algo que hacia con todos los Cortesanos de la Corte, sin decirles a ellos que lo hacia. -Estoy dispuesto a escuchar esos métodos, Aqua- Dijo, mientras se acomodaba en el sillón. -Vaya, al menos ya puedo moverme sin que el dolor me taladre la espina- Asintió satisfactoriamente a la nueva Cortesana de Ónice.

Después de un poco, el sonido y el aroma de Ragnar, comenzaban a inundar el lugar. Volteó hacia el lugar desde donde el metal sonaba y vio al vikingo. Volteó hacia la otra piel que estaba en sus hombros. -Ragnar, no hay nada que lamentar, hasta pienso que es más envidia de no portar una herida como esta- Se encogió de hombros lentamente y suspiró. Vaya que lentamente la Corte comenzaba a encogerse, como el Invierno en el que están jurados. Todos los miembros de la Corte del Invierno hablaban con ella, pero el Soberano sabia que no únicamente hablaban con ella, hablaban consigo mismos. Cada uno de los miembros le externaban los motivos de porque eran Inviernos, sabiéndolo o no. Es como ver a la escarcha, abrazar a una nueva gota para enfriarla lentamente.

-El hielo es más resistente que el agua, Dama Aqua- Se palmeó una mejilla, por donde descienden las lagrimas usualmente. La Flecha Silenciosa es de tristeza, pero no de inacción o de depresión. No significa que ellos no sientan, pero saben que las heridas congeladas del pasado, les mantienen despiertos.

Volteó con Lucilla, que parecía hablar con él. -Solo hemos perdido a un Cortesano, Duquesa, aún estamos organizados- Mira sus heridas. -Y no te preocupes, por un par de semanas, estoy indispuesto para salir... Los demás, solamente mantengan un perfil bajo o quedense en el Hueco- Se acomodó el pelaje de la cabeza. -Hay que organizar la información en Cortes. Hay que mostrarnos parejos como Corte y hay que seguir investigando lo que sucede en la ciudad. Y también hay que ver si dejaron un Rastro en la Estación de Radio- Le dió un trago a su botella. Antes lo hacia para enmascarar el dolor, ahora lo hacia por gusto propio. Ese tipo de vino era del gusto de ambos, hace mucho tiempo.